[ubuntu-bo] Sugerencias de Stallman, GNU.org para medidas gubernamentales y educación
Yamandu Ploskonka
yamaplos en gmail.com
Dom Mar 31 00:07:14 UTC 2013
http://www.gnu.org/philosophy/government-free-software.es.html
http://www.gnu.org/education/edu-schools.es.html
Medidas que los gobiernos pueden adoptar para promover el software libre
por Richard Stallman
En este artículo se sugieren políticas útiles para poner un fuerte y
firme empeño en la promoción del software libre en el estado, y
conducir el resto del país hacia la libertad del software.
La misión del estado es organizar a la sociedad para la libertad y el
bienestar del pueblo. Un aspecto de esta misión, en la informática, es
exhortar a los usuarios de computadoras a adoptar el software libre:
software que respeta la libertad de los usuarios. Un programa
privativo (que no es libre) oprime la libertad de quienes lo usan; es
un problema social y el estado debe erradicarlo.
El estado tiene que insistir en el uso de software libre para alcanzar
la soberanía en el campo informático (control del estado sobre su
actividad informática). Todos los usuarios merecen tener el control de
su actividad informática, pero el estado tiene además la
responsabilidad de mantener el control sobre toda tarea de computación
que realiza en nombre de los ciudadanos. La mayoría de las actividades
del gobierno actualmente dependen de la informática, y el control de
esas actividades depende del control que el gobierno tenga sobre su
actividad informática. Para un organismo cuya misión es crítica, la
pérdida de este control debilita la seguridad nacional.
Los organismos estatales que pasan al software libre también pueden
obtener beneficios secundarios, como el ahorro de dinero y el fomento
de empresas locales que ofrecen servicios de software.
En este texto, «entidades del estado» se refiere a todos los niveles
de gobierno, y significa organismos públicos tales como escuelas,
asociaciones mixtas público-privadas, actividades financiadas en gran
parte por el estado como las escuelas privadas subvencionadas y las
corporaciones «privadas» controladas por el estado o establecidas con
privilegios o funciones especiales por el estado.
La política más importante es la que se refiere a la educación, porque
la educación es lo que plasma el futuro del país:
Las actividades educativas, al menos las de entidades estatales,
deben enseñar únicamente software libre (en ningún caso deben inducir
a los alumnos a usar un programa privativo), y deben enseñar además
los motivos cívicos por los cuales se insiste en el uso exclusivo de
software libre. Enseñar el uso de un programa privativo es enseñar la
dependencia, lo cual es contrario a la misión de la escuela.
Son también cruciales las políticas del estado que afectan el tipo de
software utilizado por individuos y organizaciones:
Las leyes y las prácticas del sector público deben ser modificadas
de modo tal que nunca exijan o ejerzan presión sobre los ciudadanos u
organizaciones para que utilicen un programa privativo. También deben
desalentar prácticas de comunicación y publicación que lo impliquen
(incluyendo la gestión digital de restricciones).
Cuando una entidad del estado distribuye un programa al público en
general, incluyendo programas incorporados o especificados en sus
páginas web, dicho programa debe ser distribuido como software libre,
y tiene que poder funcionar en una plataforma que contiene
exclusivamente software libre.
Los sitios web y los servicios en red de las entidades estatales
tienen que ser diseñados para que los usuarios puedan utilizarlos, sin
sufrir ninguna desventaja, exclusivamente con software libre.
Las entidades estatales deben utilizar únicamente formatos de
archivos y protocolos de comunicación que sean bien soportados por el
software libre, preferiblemente con las especificaciones publicadas
(En este caso no hablamos de «estándares» porque lo dicho se aplica
también a las interfaces no estandarizadas). Por ejemplo, no se deben
distribuir vídeos ni archivos de audio en formatos que requieran el
uso de Flash o de códecs que no sean libres, y las bibliotecas
públicas no deben distribuir obras con una gestión digital de
restricciones.
Varias políticas afectan la soberanía informática del estado. Las
entidades estatales deben mantener el control de la informática, no
ceder el control a manos privadas. Estos puntos se aplican a todos los
equipos, incluidos los teléfonos inteligentes.
Las entidades estatales tienen que migrar al software libre, y no
deben instalar ni seguir usando ningún programa privativo salvo con
una autorización excepcional y temporal. Una sola agencia debe estar
autorizada para otorgar tales excepciones temporarias, y lo hará solo
cuando se presenten razones de peso. El objetivo de la agencia será el
de ir reduciendo el número de excepciones hasta llegar a cero.
Cuando una entidad estatal financia el desarrollo de una solución
informática, en el contrato se debe estipular que la solución se
entregue como software libre y que pueda ejecutarse en un entorno 100%
libre. Todos los contratos deben estipular estas condiciones, de
manera que si el desarrollador no cumple con los requisitos
establecidos, no se podrá proceder al pago por el trabajo realizado.
Cuando una entidad estatal compra o alquila computadoras, tiene
que elegir entre los diferentes modelos de una determinada categoría,
aquel que más se adapte a funcionar sin software privativo. Para cada
categoría de computadoras, el estado debe mantener una lista de
modelos autorizados según este criterio. Los modelos que estén
disponibles para el público deben tener prioridad sobre aquellos que
estén disponibles únicamente para el estado.
El estado debe negociar activamente con los fabricantes para
procurar la disponibilidad en el mercado (para el estado y para el
público) de productos hardware adecuados que funcionen correctamente
sin ningún tipo de software privativo, en todas las categorías
pertinentes de productos.
El estado debería invitar a otros estados a unirse para negociar
con los fabricantes sobre el asunto de la disponibilidad de hardware
adecuado. Unidos tendrán mayor influencia.
La soberanía (y la seguridad) informática del estado depende del
control que ejerza sobre las computadoras que utiliza para llevar a
cabo su labor. Para ello es necesario evitar el uso del software como
servicio, a menos que el servicio esté a cargo de una entidad estatal
que pertenezca a la misma rama del estado, como así también evitar
otras prácticas que disminuyen el control que el estado ejerce sobre
la informática. Así,
Toda computadora usada por el estado debe pertenecer o ser
arrendada por la misma rama del estado que la utiliza, y esa rama no
debe ceder a terceros el derecho de decidir quién tiene acceso físico
a la computadora, quién puede realizar el mantenimiento (del hardware
o del software), ni qué software se debe instalar. Si la computadora
no es portátil, durante su uso deberá estar ubicada en un espacio
físico propio del estado (como dueño o como inquilino).
Otra política con respecto al desarrollo de software tanto libre como privativo:
El estado debe estimular a los desarrolladores a crear o mejorar
el software libre existente, y ponerlo a disposición del público. Por
ejemplo, mediante desgravaciones fiscales y otros incentivos
económicos. Por el contrario, no se deberán otorgar incentivos para el
desarrollo, la distribución o el uso de software que no sea libre.
En particular, no se deberá permitir que los desarrolladores de
software privativo realicen «donaciones» de copias a las escuelas, ni
que soliciten un reembolso por el valor nominal del software. El
software privativo no es legítimo en las escuelas.
La libertad no debe originar basura electrónica
Muchas computadoras modernas están diseñadas para que resulte
imposible reemplazar el software preinstalado por software libre. Así,
la única manera de liberarlas es echándolas en el basurero. Esta
práctica es perjudicial para la sociedad.
Por lo tanto debería ser ilegal —o al menos considerablemente
obstaculizado a través de altos impuestos— vender, importar o
distribuir en grandes cantidades equipos nuevos (es decir, que no sean
de segunda mano) o productos informáticos con interfaces de hardware
secretas o con restricciones puestas intencionalmente para impedir a
los usuarios desarrollar, instalar y utilizar sustitutos para todo o
parte del software instalado potencialmente modificable por el
fabricante. Esto se aplicaría, en particular, a cualquier dispositivo
que haya que «desenjaular»[1] para poder instalar un sistema operativo
diferente, o cuyas interfaces para algunos periféricos sean secretas.
Con estas medidas, el estado puede recuperar el control de la
informática y conducir a los ciudadanos, empresas y organizaciones
hacia el control de su propia informática.
Nota de traducción
[1]. En inglés, «jailbraking»: fuga de la cárcel.
Educación → en profundidad → Por qué las escuelas deben usar
exclusivamente software libre
por Richard Stallman
Hay razones generales por las que todos los usuarios de computadoras
deberían empeñarse en usar software libre: el software libre da a los
usuarios la libertad de controlar sus propias computadoras —con el
software privativo la computadora hace lo que el programador quiere
que haga, no lo que usted desea. El software libre también le da a los
usuarios la libertad de cooperar unos con otros y llevar una vida
honrada. Estas razones son aplicables tanto para las escuelas como
para cualquier persona. El propósito de este artículo es plantear
motivos adicionales que interesan específicamente a la educación.
Las actividades educativas (incluidas las escuelas) tienen el deber de
enseñar únicamente software libre, por los siguientes motivos:
En primer lugar, el software libre supone un ahorro económico para las
escuelas. El software libre le da a las escuelas, igual que a
cualquier otro usuario, la libertad de copiar y redistribuir el
software, por lo que pueden hacer copias para todas las computadoras
que tengan. En los países pobres esto puede ayudar a reducir la brecha
digital.
Esta razón obvia, si bien importante en términos prácticos, es más
bien superficial. Los autores de software privativo pueden eliminar
esta desventaja donando copias a las escuelas (advertencia: las
escuelas que se acojan a estas ofertas puede que tengan que acabar
pagando las actualizaciones posteriores). Veamos pues otras razones
más profundas.
Las escuelas tienen una misión social: enseñar a los alumnos a ser
ciudadanos de una sociedad fuerte, capaz, independiente, solidaria y
libre. Deben promover el uso de software libre al igual que promueven
el reciclaje. Si las escuelas enseñan el software libre, los
estudiantes tenderán a utilizar software libre cuando se gradúen. Esto
ayudará a que la sociedad en su conjunto se libere del dominio (y
abuso) de las megacorporaciones.
Lo que las escuelas deben rechazar es la enseñanza de la dependencia.
Las corporaciones ofrecen muestras gratuitas a las escuelas por la
misma razón que las compañías tabaqueras distribuyen cigarrillos
gratuitos a los menores: para convertirlos en adictos (1). No les
harán descuentos cuando hayan crecido y se hayan graduado.
El software libre les permite a los alumnos aprender cómo funciona el
software. Cuando algunos de ellos alcanzan la adolescencia, quieren
aprender absolutamente todo sobre los sistemas computacionales y el
software. Tienen una curiosidad especialmente intensa por leer el
código fuente de los programas que usan a diario. Para aprender a
escribir buen software, es necesario escribir y leer mucho código. Los
alumnos tienen que leer y comprender programas reales que la gente
utiliza en la realidad. Únicamente el software libre lo permite.
El software privativo rechaza esa sed de sabiduría y les dice: «El
conocimiento que buscáis es secreto, ¡está prohibido aprender!». Al
contrario, el software libre anima a todos a aprender. La comunidad
del software libre rechaza el «sacerdocio de la tecnología», que
mantiene al público en general en la ignorancia acerca del
funcionamiento de la tecnología; animamos a los estudiantes de
cualquier edad y situación a que lean el código fuente y aprendan todo
lo que deseen saber. Las escuelas que utilicen software libre
contribuirán al progreso de los alumnos más brillantes en
programación.
La razón más profunda para utilizar software libre en las escuelas es
la educación moral. Esperamos que las escuelas enseñen hechos básicos
y habilidades útiles, pero esa no es su única función. La misión
fundamental de las escuelas es enseñar a ser buenos ciudadanos, lo que
incluye el hábito de ayudar a los demás. En el ámbito informático,
esto se traduce en enseñar a compartir el software. Las escuelas,
empezando por las de primaria, deberían decirle a sus alumnos «si
traéis software a la escuela, debéis compartirlo con los demás niños.
Y debéis mostrar el código fuente en clase, por si alguien quiere
aprender».
Por supuesto, la escuela debe practicar lo que predica: todo el
software instalado en la escuela debe estar disponible para que los
alumnos lo copien, se lo lleven a casa y lo redistribuyan.
Enseñar a los alumnos a utilizar software libre y a participar en la
comunidad del software libre es una lección cívica llevada a la
práctica. También les enseña que el modelo a imitar es el del servicio
público y no el de los grandes magnates. Las escuelas de todos los
niveles deben utilizar software libre.
En 2002 la empresa tabaquera RJ Reynolds fue multada con 15
millones de dólares por entregar muestras gratuitas de tabaco en
eventos frecuentados por menores. Véase
http://www.bbc.co.uk/worldservice/sci_tech/features/health/tobaccotrial/usa.htm
(en inglés).
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